Imponer y culpabilizar como forma de promover la vida.

Hay gente que por quedar bien con Dios pisotea al prójimo. «Sólo Dios puede dar y quitar la vida» se dice para zanjar la cuestión sin enlodarse, como si a cada segundo no hubiese personas dando y quitando vida a otras, las más de las veces por una decisión consciente. Seamos un poco terrenales, por principio de realidad, o digamos que Dios realmente envió las bombas de la maratón de Boston y vamos a manifestar nuestro agradecimiento por ello a los funerales de las víctimas.

A los «pro-vida» se les olvida la vida que tienen enfrente («La vida de la madre no es un tema a considerar«). El cuerpo dentro del cual está el feto es una persona también, carámba. Es una vida completamente formada que ha echado raíces como miembro de la sociedad y ha establecido vínculos, influencias e interdependencias que se desmoronarán si desaparece.

Frente a una madre con una enfermedad grave que corre el riesgo de morir si da a luz a un bebé que no tiene cerebro (y en inglés), y que si se salva con el aborto se va a la cárcel por homicidio, la colectiva mollera salvadoreña no da más que para el tremendo: «ella se lo buscó» y «sólo Dios da y quita la vida». Han decidido dejar pasar la oportunidad de abogar por salvar una vida y otras vidas que dependen de ésta. Porque así el mundo será mejor, eh. La gente promedio sólo puede preguntarse por qué ella tuvo relaciones sexuales…con ella misma, aparentemente, porque nadie suele hablar del rol del padre. La mujer es lo público, vamos a hablar de ella (y a tocarle su estómago sin su permiso si está embarazada porque aaaaaww).

Sí, en realidad, los detalles personales son materia de tabloides, a lo más. Pero parafraseo a un libro genérico de psicología social: usted no sólo daña a quienes detesta, también detesta a quienes daña (la moraleja real de «la zorra y las uvas» es que la disonancia cognitiva es inaceptable). Su cerebro echará mano de cualquier argumento, de preferencia ad hominem, que le permita culpar a la víctima y que le ayude a justificar lo ocurrido. Porque uy, no es posible que alguien esté en semejante situación si no es porque él o ella misma se lo ha buscado (un ejemplo marca na’-que-ver pero pa’-que-vea).

tea-party-ted-meme-pro-life-240x180

El Derecho penal puede únicamente imponer un no hacer, es decir, prohibir comportamientos, no imponer conductas, y todavía menos opciones de vida. Con la prohibición del aborto y con la consiguiente constricción penal a convertirse en madres se impone a las mujeres no sólo el no abortar, sino una conmoción vital de incalculable alcance. No sólo la gestación y el parto, sino la renuncia a proyectos de vida diversos, la obligación de educar y mantener a un hijo…

Así, la punición del aborto es el único caso en que se penaliza la omisión no ya de un simple acto…sino de una opción de vida: la que consiste en no querer convertirse en madre. Esta circunstancia es generalmente ignorada… La prohibición del aborto equivale también a una obligación -la obligación de convertirse en madre, de llevar a término un embarazo, de parir, de educar a un hijo… En contraste con el principio de igualdad, que quiere decir igual respeto y tutela de la identidad de cada uno, la penalización del aborto sustrae a la autonomía de la mujer sobre su propio cuerpo, y con ella su misma identidad de persona, reduciéndola a cosa o instrumento de procreación sometida a fines que no son suyos.

La cuestión del embrión entre derecho y moral (p. 266) – Luigi Ferrajoli.

No tener hijos no hace alguien más egoísta que tenerlos. «Yo quiero tener hijos»: se desea que se parezcan a nosotros en muchas cosas, o que hagan bien lo que nosotros hicimos mal; que tengan los mismos gustos. Se espera que ellos perpetúen nuestras creencias y valores, ojalá estudien lo mismo que nosotros o lo que nosotros queramos para ellos porque sabemos lo que les conviene, esperamos que nos hagan quedar bien ante el mundo con su modo de comportarse, sus notas y sus logros; y que se apuren a darnos nietos. No es malo per se, pero tener hijos es igual de auto-referente que no tenerlos. Mientras sea decisión propia/aceptación eventual de la responsabilidad y no porque «ni modo», está bien.

Lo contrario de «pro-vida» no es «pro-aborto», es «pro-decisión». Un embarazo no deseado no necesariamente «arruina» la vida; depende de factores de toda clase. Habrá mujeres que decidirán tener el bebé y eso no las detendrá. Otras decidirán o desearán no tenerlo, también por un sinnúmero de razones. Simple y llanamente no se le impone a la gente qué hacer con su cuerpo y con el resto de su vida. Puede interceptar esta idea con que el bebé inocente y que qué hay de su cuerpo y el resto de su vida, pero de inducir culpa a ofrecerse a dedicar lo que resta de la existencia propia a responsabilizarse del bebé que se está «defendiendo» (o a pagar por su ataúd y quizás el de su madre, para el caso) hay un gran trecho.

Abortar no es una decisión fácil y hay que hacer énfasis en lo de sinnúmero de razones: no es porque sí, por capricho; nadie se coloca por gusto propio en una situación que conlleva exponerse a las peroratas del team Regina de Cardenal. Es una situación difícil, ¡hagámosla más difícil, eso les enseñará las mujeres a no tener sexo y embarazarse! La buena noticia es que si hay más y mejor acceso a servicios de salud y a información sobre sexualidad y métodos anticonceptivos, y se combate el machismo y el hembrismo, y la cultura de la violación, habrá menos necesidad de echar mano del aborto. Colabore con algo de esto. Buena suerte.

***

Y me entero de que anularon el juicio al genocida Ríos Montt. Sepa por qué era importante hasta para El Salvador, si es que no lo sabe aún. A la mierda.

5 comentarios sobre “Imponer y culpabilizar como forma de promover la vida.

  1. Vaya, mirá, es un tema difícil, amplio y no generalizable.
    En un país como este, en donde si no está prohibido explícitamente que, por ejemplo, te abran la panza para robarte el hígado y comercializarlo (por decir un ejemplo tonto pues), entonces la mara asume que sí se puede hacer, despenalizar genéricamente algo es un problema.
    Yo considero que en casos de esta índole la legislación debería ser menos ambigua y generar excepciones.
    Con la juventud que tenemos ahora, que primero la riega y después se «arrepiente» de a galán y buscan la tal píldora del dia después en lugar de haber buscado el condón del dia antes, despenalizar es jodido.

    PERO…este es un caso totalmente excepcional. El bebé es bebé y ser humano desde la concepción, pero desgraciadamente la ciencia sabe que esa criaturita no tiene posibilidad alguna de vivir, porque inmediatamente nazca morirá, ya que le falta un órgano vital que no ha descubierto la ciencia aun cómo remediar. En ese caso, no hay justificación de sacrificar la vida de la madre por moralismos o tecnicismos legales.

    Vos sabés, yo soy mamá, soy pro-vida, defiendo a los bebecitos antes de que nazcan, pero hay circunstancias reales que no podemos cambiar y ahi es donde hay que usar el raciocinio sin fanatismos y admitir que toda posición tiene excepciones y esta es una.

    Ojalá que no la dejen morir.

  2. El problema es que existe un fundamentalismo religioso, promovido por una de las sectas más reaccionarias de la iglesia católica, el opus dei. Ciertamente el tema del aborto es bastante espinoso y polémico, una cosa sería la irresponsabilidad en la sexualidad (habiendo tantas formas de planificar) y el libertinaje de deshacerse del producto como quien se quita una muela cariada, sin embargo hay situaciones como el caso de la joven con lupus, donde el feto no sobrevivirá fuera de su cuerpo sin encéfalo y cuya continuidad en el embarazo pone en peligro a la propia madre no deja a dudas sobre la acción a seguir sin embargo esa intransigencia de no ceder ni un ápice sin importar la vida de la madre llega a un cinismo que resulta por demás repulsivo, es igual que los testigos de jehova cuando obligan a sus miembros rechazar las transfusiones de sangre llegando incluso a la muerte. Ojala que los miembros de la Sala Constitucional recuerden que ya no estamos en tiempos de la Santa Inquisición.

  3. Esta entrada está excelente. Y también hay que recordar que no todo el mundo es buen padre. ¿Cuántos niños no vienen a sufrir? ¿Cuántas niñas no vienen a ser violadas por sus propios padres? De quienes saldrán embarazadas sin haber cumplido 18, pero Dios las libre de pensar en abortar porque se condenarán en el infierno…y luego dicen: «Los pueden dar en adopción» A)¿¿Conocen en qué país estamos?? y B) ¿Alguien puede seguir siendo la misma persona después de que tuvo un ser creciéndole dentro?.
    Además no nos hagamos mensos. También hay gente que sólo tiene hijos para validar sus propias vidas. Al tener hijos, ya no tienen que seguir sus propias metas, sueños o lidiar con nuevos retos: «Tengo una familia de quien hacerme cargo». Bueno. Tiene todo su derecho…aunque a mí me parece egoísta traer niños a este mundo sólo para auto-realizarme (Y, peor aún, creer que ESA es la única manera de autorealizarse).

    Yo conozco mujeres que han abortado. Ninguna lo ha disfrutado. Y siempre ha sido una complicación lograrlo…pero saben que en una sociedad y en una economía como la nuestra no podrían hacerse cargo de un niño. Si estuvieran en otra situación, tal vez lo habrían hecho. No lo sé. Pero es cierto que al condenar a todas las que abortan, se deja de lado a la otra persona que también tuvo que ver con la creación de ese huevo o cigoto. «Con Tony las mujeres no estuvieron solas»…mientras fue presidente…(¿?)…pero el niño es tu responsabilidad por 18 laaaaaargos años y la educación puede ser barata, pero los útiles y los pasajes de bus no.

    Las cosas no son tan simples.
    Y el cuerpo de una mujer no es un simple envase.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.