Goce y deje gozar.

Ya que hablamos sobre Iron Maiden, dos cosas:

Uno: leí mucho sobre lo «bien» que se portó el público. Que suele ser la norma en la asistencia a conciertos, pero aquí hay que destacarlo porque esta sociedad tiene pocas alegrías en la vida, pocas instancias del calibre de este concierto para demostrar que las masas pueden ser decentes. Hubo goce, hubo hermandad, y eso fue maravilloso:

Vi a toda esa gente y pensé que por lo menos, durante algunas horas, algunos miles de salvadoreños fuimos felices. Pensé que ahí adentro, en un concierto de metal, la gente se quitó el miedo y la tensión de encima. Fuimos capaces de sonreírnos, de abrazarnos, de bailar como se nos roncara la gana, de tomarnos fotos con extraños, de corear canciones a grito partido, de comportarnos de manera natural, relajada y libre, algo que en la calle ni se nos ocurriría hacer porque siempre tenemos que cuidarnos las espaldas y sospechar de cada prójimo. Éramos un montón de gente disfrutando de buenas bandas, en un concierto que pasará a la historia de este país por la calidad de los músicos, por la buena organización del evento, pero también por la buena onda del público. Cero incidentes, cero amenazas, cero violencia, cero tensión, ni antes ni durante ni después del concierto.

El toque 

A MENOS que evaluaran a alguien como «un posero», que estabas ahí por la imagen y no por la música. Que fue lo que pasó a una presentadora de televisión (y seguro no solo a ella), que salía «posando como rockera» cuando no es conocida por esa actitud. Entran las burlas y los insultos por posera, con aquel componente adicional de género que usted bien conoce.

Si vamos a andar juzgando quién tiene derecho a estar en un concierto o no, incluyendo vestirse acorde a la ocasión nomás porque es una situación histórica y vergona y no te la querés perder, déjenme escupirles a todos y cada uno de ustedes que fueron a ver a Aerosmith en El Salvador, por poseros y oportunistas, mientras que yo estuve 24 horas en un bus para verlos en Costa Rica cuando era impensable que llegaran a esta pintoresca sucursal del infierno. Y a toda la gente que se *atreve* a decir que le gusta Aerosmith cuando solo conoce sus greatest hits, porque no saben qué es ir comprando su extensa discografía a cuentagotas y lograr que te manden de otro país cintas de VHS con conciertos grabados de contrabando (recomiéndole el Osaka 1999, qué jolgorio para el alma). ¿Le gusta esta actitud? Nombre, mire, no hay que ser. Steven Tyler tiene suficiente boca para todo el mundo. Si un artista o género musical es como la religión para uno, más feliz debería estar uno cuando llegan interesados a congregarse y participar del sano jelengue.

Dos: leí a muchos fans molestos, y con razón, por que la gente se quejara de la mera existencia del concierto. Ciertamente, pareciera que la gente en El Salvador no es feliz teniendo tiempo de ocio, y viendo que otros lo tienen y lo ocupan. Especialmente esto último: lo que sea que estés haciendo en tu tiempo libre es una pérdida de tiempo porque siempre hay algo mejor que hacer (por ejemplo, «trabajar para sacar adelante al país», lo que sea que eso signifique), siempre hay cosas más importantes en las cuales gastar el poco dinero que uno tiene.

Hoy que llegaba Iron Maiden vi muchas de estas quejas. Guardé capturas de pantalla para acompañar este post pero ya me dio hueva subirlas. En todo caso, sepa que son poco aporte: memes burlándose de que alguien presumiera de su entrada de Iron Maiden mientras comía frijoles el resto del mes, como si fuera algo de qué avergonzarse; memes hablando de la «hipocresía» que implica oír Iron Maiden y bailar reggaeton, porque en El Salvador es impensable que uno pueda disfrutar de más de un género de música en una sola vida.

Ahora…espero que muchos de esos fans de Maiden se acuerden de eso. De lo cholero que es que otra gente te arruine un momento donde estás siendo feliz porque estás promoviendo la música que te gusta. Y que actúen acorde a ese sentimiento, para evitar cosas como estas en el futuro:

Debería haber pasado a la historia de manera inadvertida como la inocua reunión de un grupo de niñas que comparten los mismos gustos. Decidieron manifestarse en una plaza de San Salvador hace una semana para que Justin Bieber, su ídolo pop, haga un concierto en el país. Sus mamás decidieron apoyarlas llevándolas a una plaza pública: les dieron el mensaje de que sus gustos importan, que las plazas y calles del país son también suyas y que pueden ejercer su derecho a expresar opiniones libremente.

Con lo que se encontraron fue con la intolerancia de quienes tienen un problema con los gustos de los demás. Con los que piensan que el límite de la libertad de expresión es el buen o mal gusto del que la expresa y si coincide con el de la mayoría. Y el disenso, que es lo normal y lo esperado en una democracia, se volvió violencia, pues fue ejercido con insultos, y expresado tirándoles basura.

Tenemos que hablar de las «Beliebers»

Y:

El viernes pasado vi un ejemplo muy concreto, un grupo de cipotas, se reunieron en una plaza de San Salvador en una actividad pacífica para pedir que un artista venga a dar un concierto. Fueron insultadas, les arrojaron basura y de paso se usaron frases discriminantes y que fomentan una imagen errada de ser mujeres jóvenes… «vayan a hacer oficio», «busquen qué hacer», «vayan a estudiar para la PAES»… muchas preguntas me surgieron inmediatamente leí los comentarios… ¿solo por ser cipotas DEBEN siempre estar encerradas en casa haciendo oficio? ¿los cipotes de su edad también hacen oficio, o solo ellas? ¿no tienen derecho de expresarse de manera correcta, como lo estaban haciendo? ¿y si ya estudiaron y sacaron buenas notas y ahora que están de vacaciones es el mejor momento para reunirse y compartir con otras el gusto por un cantante? ¿no tienen derecho al esparcimiento? ¿y si ya hicieron la paes y salieron bien?, los papás y mamás de estas niñas hubieran estado ahí ¿qué habrían sentido o pensado de ver que insultan a sus pequeñas?, yo sé lo que sintió una mamá que si estaba ahí, acompañando no solo a su hija, sino a las otras niñas que no estaban acompañadas… miedo, indignación y enojo.

Violencia…antes y ahora.

«Ah, pero es que Justin Bieber es una mierda». Su abuelita en bicicleta, maitrada. Usted siempre será un Belieber para alguien más. Goce su música y deje que otros gocen la suya.

Un comentario sobre “Goce y deje gozar.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.