No compre; adopte.

Esta perrita es el epítome de la frase «calle pero elegante». Vino a la casa el 7 de julio y le pusimos el nombre de un Pokémon, después de un proceso de adopción relativamente breve pero muy cuidadoso. ARANI se dedica a rescatar perros y gatos abandonados y maltratados, a cuidarlos, y a buscarles un hogar; también realizan campañas de concientización. Si puede donarles tiempo, dinero o recursos para el refugio, juegue.

No podría agradecerle a la gente de ARANI y a quienes están en la jugada (incluyo a Gero) por todo el trabajo que hacen, y voluntariamente. Es de todos los días que llamen la atención sobre algún perro en peligro o que necesita ayuda (uno de los casos más impactantes, la denuncia de abuso y maltrato a una perrita en labor de parto por los militares en Chalatenango). Podría dedicar un blog entero a esto de la cultura de mascotas -a falta de mejor nombre- en el país, pero ahora que hablamos de adopción,  hay algo que me molesta grandemente: las ventas callejeras de cachorros.

Vamos a la raíz: yo siempre he delirado por los animales; al igual que mi hermano, pensé en estudiar veterinaria (y al igual que mi hermano, terminé estudiando psicología…sí, sí, ya sé: LOL). Pasé toda mi infancia y niñez rogando por un perro. Al fin me regalaron a la Rana, que fue mi gran socia por 12 años, y me enseñó mucho sobre los Canis familiaris, aparte de ser una fuente inagotable tanto de responsabilidad como de jolgorio.

Ranoide FTW ❤

[Paréntesis: recomiendo el libro de César Milán, el encantador de perros, descargable aquí, o si puede comprarlo, mejor. Resumen: los humanos insistimos en imponerles nuestro punto de vista a los perros, y verlos y tratarlos como humanitos. Si realmente usted ama y respeta a los perros, y cualquier otro animal para el caso, trátelos de acuerdo a las necesidades de ellos, no a las suyas. Muy buen libro]

Cuando llevaba a la Rana a la veterinaria, era infaltable en consulta un cachorrito comprado en alguna esquina del país. Es común que fallezcan al poco tiempo, porque quienes los venden no saben nada de perros; si supieran, no los venderían. Por supuesto, en mis mocedades pensé en comprar uno de esos, para rescatarlo, pero como me explicaban en casa, eso no hacía más que perpetuar el problema. Por otro lado, escuchaba la argumentación de que pedir un precio por ellos aseguraba que no cualquiera lo tuviera. Algo así como que si era regalado la persona no lo apreciaba. Huevos. El hecho de que alguien pueda comprar un animal no significa que tenga la sensibilidad y el conocimiento suficiente para cuidarlo correctamente.

No sé de dónde salen tantos perritos que se venden en la calle, pero no me extrañaría que vinieran de un lugar levemente similar al que sale en este video sobre la crueldad de las granjas de cachorros, «puppy mills». ARANI rescató hace algunas semanas a una perrita que estaba moribunda en una acera. Se creía, por el estado deplorable de su aparato reproductor, que había sido utilizada para parir y parir…aparte de peleas de perros, otra mierda. Murió al poco tiempo de haber sido rescatada.

Ya llevo mes y medio con la Pichu. Le calculaban 7 u 8 años, el veterinario al que la llevo le calculó unos 10…encima que no tiene los dientes de adelante. Tiene callos que dudo que se le borren en lo que le resta de vida, por haber pasado demasiado tiempo echada en una superficie áspera. Hasta hace poco se le quitó el miedo a la correa y por sus reacciones de nervios y miedo, asumimos (la gente del refugio, el veterinario y yo) que fue severamente maltratada. Tuvimos que removerle unos dedos que, cuando existen, deben quitarse a los 5 días de vida, de lo contrario, pasa lo que pasó: se rasga y cuelga la uña, y queda la muy carneviva al aire. El llanto del perro por el dolor es descorazonador.

Hasta estos días comienza a andar con las orejas levantadas. Es cariñosa y apegada con la familia -la manada, ofcors-, ya no se rifa el barrio con la gata, y siguiendo el espíritu de la Rana, es sumamente alagartada, cuantimás que está en sus años dorados. La amo como se ama un chucho…no es persona, pues, pero a fin de cuentas es una compa fiel y honesta, porque le pelan los complicados adornos de la vida humana y se va a lo esencial. Aún antes de tener a la Rana algo no me cuadraba sobre comprar y vender mascotas y con el tiempo lo he elaborado mejor, aunque sigue siendo para mí una cuestión de sensibilidad y respeto más que de racionalidad.

Para la maleantada son cheras.

Con la Pichu y todo el proceso de acercarme más a ARANI, he estado más atenta a la realidad de los perros, callejeros o no. Esto de saber cuidar perros no tiene que ver con capacidad económica de adquirirlos y darles de comer y vacunarlos. Hay perritos callejeros cojeando, con la piel lacerada, las orejas abajo, los ojos entrecerrados; hay perritos en casa bien alimentados que pasan solos y encerrados todo el día, o que cuando hacen algo indebido -para las personas- les gritan e insultan como si a) fueran sordos, b) entendieran el lenguaje humano.

Pequeñas recomendaciones:

1.- Esterilice a su mascotas. Levante la mano quien sabe el porqué.

2.- Que no sean regalo sorpresa para alguna ocasión. Yo soñaba con que me regalaran una cocker para Navidad, como en La Dama y El Vagabundo. Pero una mascota es como un bebé (sin ánimo de ofender susceptibilidades): es mejor si viene planificada, si todos están de acuerdo en cómo cuidarla y si están conscientes de sus verdaderas necesidades. Es un saquito de felicidad pero también es más responsabilidad, no un juguete que puede desecharse cuando empiece a requerir disciplina o crezca más.

3.- Cuando salga a caminar, no olvide papel periódico y bolsas para recoger los desechos tóxicos perrunos. Que no le valga verga. Primero, es su responsabilidad como amo/ama, y segundo, aporta a la vida en comunidad. De veras, jóvenes.

Y a lo mejor haya gente que se burle de mí cuando salimos con la Pichu a pasear, por tener una perrita con semejante pinta aguacatera. El envase no importa. Como suele decirme un amigo, «vieja, conocemos el precio de todo y no sabemos el valor de nada». Valore: adopte.

***

En un boletín de ARANI me llegó esto para el 27 de julio, día del perro callejero.

«El chucho»
Salarrué

Por el camino polvoso,
al mediodía,
al medio del camino,
con la cola escondida
y la oreja tímida.

Por el camino desolado,
enclenque, descolorido,
con dos ojos pintados sobre los ojos…
Atemorizado,
enjiotado,
ahuesado de hambre, pasa…

No lo llames;
huirá despavorido.
Creerá que es piedra
el pan en tu mano.
Está escaldado,
apedreado,
molido a puntapiés
por los truhanes y borrachos
de los pueblos;
apaleado
por la placera
y las puyas largas
de los carreteros bribones.

Chuchito bueno,
chuchito triste,
afligido,
chuchito mío sin dueño:
ésta es la montaña,
no temas,
la isla en el mar del cielo,
no temas,
la tierra de arboledas y de trinos,
de místicas cigarras
encendidas en llama sonora,
votiva,
ante el altar del infinito…

Éste es el mundo -nomasito…;
tierra de desiertos caminos
y niños cantureros
que juegan con piedritas
y semillas, por los matorrales;
tierra de las lluvias lejanas
y los ranchos tranquilos.

No temas
«Amarillo»,
«Canijo», «Cujinicuil»
como te llames,…si te llamas…

Quédate en algún rincón
de cocina,
oyendo moler,
oliendo el humo del horno,
masticando la tortilla tiesa,
Chuchito peregrino
del miedo supino;
ángeles de la suprema desdicha
que todo has aguantado y sufrido:
quédate un rato, al menos,
a la sombra del tamarindo,
royendo el hueso del mediodía…

Deja ya de temer,
deja ya de huir,
ten valor
de resistir
la mano de amor
que quiere peinarte dulcemente
la cabeza afiebrada.

Aprende a cerrar los ojos
adormeciéndote,
confiado al fin…

Como se te da el agua del charco
quiero darte mi cariño.