Creo que quiso decir «Riffraff»…

Mientras me sentaba a desayunar ayer en la mañana, alguien en mi casa estaba viendo la entrevista (o La Entrevista, así se llama el programa) de Mauricio Funes. De invitado estaba este señor subdirector de la PNC, Pedro González, y estaban hablando sobre la violencia.

Blablabla. Y de repente llama una señora, diciendo que las caricaturas hacían a los niños violentos, etc. Y don Pedro respondió que sí, que teníamos de ejemplo la caricatura de «Heathcliff y su pandilla», que inculcaba violencia a los niños, y que…después ya no sé qué dijo, porque me estaba riendo a carcajadas. A lo largo del día, tuve ocasionales arranques de risa, y todavía los tengo. Haciendo a un lado la estrepitosa magnitud de su pobre razonamiento, le agradezco al señor por el gratuito momento hilarante. Ahora solo quiero que me explique por qué hace AÑOS que ese programa está fuera del aire, y sin embargo, la violencia va en aumento.


–> Este es Heathcliff, y su novia, reproduciendo la tercera fase de la violencia conyugal: el macho, agobiado por la culpa, trata de resarcir los daños a su pareja, se excusa diciendo que «hay que entenderlo» y «no hay que provocarlo», y promete que no lo va a hacer otra vez. Así comienza otra vez el ciclo.


–> Tengo la ligera sospecha que el señor de la PNC se confundió, y quiso decir «Riffraff» y no «Heathcliff». Porque ya si decimos Riffraff, es obvio que sí induce a la violencia en los niños. Aquí aparece con su Pandilla, que a todas luces emula la dinámica de las pandillas juveniles salvadoreñas, alias maras…solo que sin tatuajes, porque si no, deja de ser mensaje subliminal. Aquí están los estereotipos más representativos de los mareros: el enano jefe de clica, el gordo tonto guardaespaldas, el moreno obrero a medio tiempo, y finalmente, el marero en patines.