Trípin – versión circo electoral

Nuestra electoral lente ha seguido las apretadas agendas de los candidatos a diputados y alcaldes, quienes han montado un aparatoso circo en aras de llegarle al corazón al electorado, y de paso, entretener a los cínicos. Todos los días es un patín diferente, con mucho feeling para la bichada, gracias a una caravana caótica que deja a su paso carcajadas, lágrimas y la pregunta de qué exactamente proponen como potenciales responsables del rumbo del país. «No sé si voy a votar, no he escuchado una sola propuesta seria de ningún candidato», nos dijo Ramona Z., «veo las mismas caras de siempre y para mi son como la Paris Hilton, caras famosas por nada y que ya van pa’fuera». «Yo no confío en gente con bigote, así que no voy a votar por nadie que lo tenga», comentó con aplomo Marlboro Pérez, cuando le preguntamos si estaba satisfecho con la implementación del voto residencial.

A continuación, una serie de imágenes da cuenta de la creatividad de la clase política nacional:

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Un candidato tricolor y uno anaranjando se encontraron en una iglesia católica de la capital, donde le pedían a Dios un día productivo en su campaña y -ya que estamos- el gane en las elecciones. Era el inicio de un día muy ocupado para ambos, y rezaron el Padre Nuestro en franca camaradería. Por la tarde, por casualidad, se encontrarían de nuevo en una iglesia evangélica, haciendo lo mismo.

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Una candidata tricolor posa con la señora de las verduras en el centro de San Salvador, y trata de bañarse en la gloria de balancear un pesado canasto cargado de víveres. Pero nunca dio un paso con él, y la señora continuó su camino, porque tenía un día de ventas por delante y era la única opción para trabajar que encontró a su edad; «pues sí, uno está solo y tiene necesidades», nos dijo en voz baja. Muchos candidatos descienden al desconocido mundo de la clase media-baja para mezclarse con la población, lo que les refuerza la idea de que deben quedarse al margen de las grandes mayorías a toda costa.

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El candidato rojo aprovechó el Día de San Valentín para regalar rosas y así atraer votantes con la fuerza del amor. El joven Mardoqueo Benítez se burló de lo que catalogó como «cu…rsilería», pero aún así aceptó una rosa. Cuando el candidato se alejó, los ojos de Mardoqueo se llenaron de lágrimas, y nos explicó con voz entrecortada y emotiva que nunca nadie le había dado una rosa #ForeverAlone.

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Un candidato anaranjado se sube a los buses para convivir con la ciudadanía de a pie. Yayito Montepeque (izquierda) criticó: «increíble lo caradura de estos políticos, en su vida han tenido la necesidad de subirse a una 29A y ahora se suben como si el transporte público fuera el más seguro y amistoso-con-el-usuario del mundo». Esto no pareció importarle a Rosendo Feña, quien aprovechó de pedirle al candidato que convirtiera todas las coasters en Conga Buses, para impulsar el turismo.

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Personalidades de la farándula política que han caído en desgracia siempre encontrarán formas de sacarle ganancia a su persona pública. Un reconocido diputado vende su nuevo producto para fingir enfermedades y así tomarse uno o dos días libres en el trabajo. Luego de promover Ciro-grip (TM), se abocará a la creación de su primera fragancia, Ciro #5.

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Un alcalde tricolor que busca la reelección realiza la rifa de un Blackberry nuevo y de la bicicleta que utilizó en un spot publicitario cuando era candidato a la alcaldía, firmada por él. La ciudadanía sólo tenía que generar propuestas para mejorar la ciudad, y la mejor propuesta se llevaría uno de estos preciados premios. No dijo si también se ejecutaría en caso de resultar re-electo.

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Volantines de diputados independientes invaden la ciudad. Cada candidato echa mano de sus fortalezas particulares para ofrecerlas a la población como herramientas de trabajo. Aún cuando no logren una aplastante mayoría, es encomiable que haya nuevos personajes en la política partidista, y más de alguno participará movido por un genuino interés de contribuir al país.

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Un hombre en estado de alegría etílica baila en un ladrillo, como parte de las actividades de un pequeño festival realizado por el partido anaranjado en un remoto pueblo del país. En la festividad, se entregó Licor Ganoso, un guaro hechizo que mantuvo con buen ánimo a los asistentes.

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Suele suceder que…eh…suele suceder que…no, usted está jodiendo, ¿verdad?

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Nota:
Este Trípin se escribió solito, yo pasando iba. Una no puede inventarse estas carambadas. Y hay más.

7 comentarios sobre “Trípin – versión circo electoral

  1. Votaría por ti. Me río tanto con esos nombres. Yayito Montepeque. Me gustaría leer una «Onomatología de la obra de Ligia». Yayito Montepeque. 😀

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