El mes de la región sociopolíticogeográfica de la cual proviene su gentilicio.

No puedo enorgullecerme de ser salvadoreña. Parafraseando a Savater, sería como enorgullecerme de tener pulmones, o brazos. No tiene gran mérito, es algo dado. El potencial de hablar cambiando ocasionalmente la S por la J, y de señalar con la barbilla diciendo «ahí, ve» se desarrolló tan fácilmente como si viniera en mi ADN, sin que me diera cuenta.

Si me preguntan si me gusta mi país, digo con toda honestidad: «sí, varias cosas». Hay cosas que no, claro, y al mencionarlas corro el riesgo de escuchar «entonces andate a otro país» o cualquier otra forma de callate. Pero no lo digo porque me quiero ir a otro país, lo digo porque creo que puede cambiarse. Muy a lo lejos, pero creo que se puede cambiar, para mejor.

Y hasta a los pulmones hay que darles mantenimiento.